Por Juan Tomás Valenzuela
Yo era novio de Sofía,
la nieta de Celedonio,
que en la finca “Testimonio”
de Valle Nuevo vivía.
Una vez yo me reía
con ella y le halaba en pelo,
yo le quitaba el pañuelo
y ella el mío me quitó,
y verán que me pasó
con la yegua del abuelo.
Cuando estábamos en esa,
quita mano y pone mano,
viene la yegua del llano
y por detrás me hizo presa.
Y agarróme por sorpresa
por la faja que tenía.
Como si esa picardía
alguien se la hubiera dicho,
lo cierto es que su capricho
me separó de Sofía.
Y ya cuando me separa
empezó como comíco
a restrujarme el jocico
por la nuca y por la cara.
Pero la noche era Clara,
todo se veía a la legua
y en una marcha sin tregua
fui de la finca a mi hogar…
Más, nunca vuelvo a ligar
donde haya novia con yegua.